LA TRADUCTORA
- Guilliard el Bardo
- 22 abr 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 24 abr 2021
La joven de rizados cabellos de miel corría por entre los frondosos abetos. Su vestido en la mano llevaba remangado, raído por los años el verde de la pieza se había desgastado. Su lengua y sus cuerdas vocales sus formas de sustentarse, pues las lenguas que sabía eran requeridas. Huía pues por demasiado saber manca y muda la querían volver. El reloj de bolsillo dorado de su mentor en su bolsillo se encontraba con la cadena que por fuera colgaba. Él se lo había dado cuando con cara compungida y cohibido por un pasillo estaba siendo llevado. Lo dejó caer, y con los ojos le indicó de antemano lo que iba a hacer. Al ser moqueta ruido alguno no hizo, al salir los tres por un pasadizo la joven lo recogió y al abrirlo del castillo huyó. Y en esta situación ahora se encontraba, exhausta y asustada. Luces de antorchas a metros se divisaban como muerte que persigue al anciano, y ladridos de perros como truenos anticipando tormenta. Miró para atrás para ver a qué distancia se encontraban, mas cayó por culpa de una rama. Se levantó sin lágrima ninguna derramar, mas un sentimiento de valiosos segundos haber perdido en ella arraigaba. Y ahí, en la fresca tierra entre finas y gruesas raíces del único sauce llorón, el reloj de su mentor abierto cayó. En él, rasgado y con mala caligrafía una única palabra rezaba “SÁLVATE”.
POR SHIH-TZU
Categoría: 2-Lengua Castellana
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